Los colutorios se llevan usando para la higiene dental desde hace muchos años. Antiguas civilizaciones como la griega y la romana ya elaboraban sus propios colutorios. Se trata de una solución acuosa, cuya función principal es evitar la formación de placa bacteriana y su calcificación.
Éstos deben utilizarse correctamente siguiendo las instrucciones del producto y del dentista u ortodoncista que ha recomendado su uso. Es importante recalcar que nunca sustituyen al cepillado y al uso de la seda dental. Generalmente, desde nuestra clínica de ortodoncia en Zaragoza, lo recomendamos cuando el paciente tiene alguna dificultad mecánica para realizar el cepillado o como refuerzo y ayuda del mismo.
Se pueden utilizar para combatir infecciones bucales, prevenir la aparición de caries, tratar el mal aliento e incluso para la sequedad bucal. El uso de los colutorios debe realizarse después de un cepillado dental exhaustivo, unos 30 minutos después del mismo y durante unos 20-30 segundos aproximadamente.
En cuanto al uso de colutorios con desinfectantes o con alcohol debemos saber que su uso debe ser prescrito por un odontólogo y siempre siguiendo sus indicaciones. Es importante tenerlo en cuenta ya que un uso excesivo de estos productos podría descamar la mucosa oral e incluso aparecer una distorsión de sabores o tinciones en los dientes.
Otros colutorios como el flúor o productos desensibilizantes podemos usarlos tranquilamente sin efectos adversos, eso sí, siguiendo siempre las instrucciones del producto. Estos colutorios destinados a mantener la salud general de la boca pueden ser utilizados de forma diaria ya que no suelen presentar efectos secundarios.
En resumen, estos productos nos ayudan a la higiene, pero en ningún momento sustituye al cepillado diario de tres veces al día ni al uso de la seda dental.
Equipo Lorente Ortodoncia