En Lorente Ortodoncia queremos informaros a vosotros, nuestros pacientes sobre el hábito de succión pulgar, consejos y recomendaciones a tener en cuenta si uno de vuestros hijos tiene este hábito.
La succión del pulgar es un hábito natural de los bebés y niños que les resulta tranquilizador y relajante. Succionar los pulgares, dedos, biberones puede hacer que el bebé se sienta feliz y seguro. Los padres se preocupan por este hábito y tratan de evitarlo, aunque en la mayoría de los casos no es necesario ya que los niños dejan de chuparse el dedo entre el primer y segundo año de vida.
Los chupetes son otro factor que podría causar los mismos problemas por eso es aconsejable retirarlo sobre los cuatro años. Si la costumbre de chuparse el dedo se prolonga más allá de los cuatros años, los expertos recomiendan intentar evitar este hábito lo antes posible porque ya que al contrario del chupete, que se puede retirar sin más, el dedo no puede «desaparecer» así que se requiere una intervención más activa de los padres.
Llevarse el pulgar a la boca es más perjudicial que el chupete porque existe riesgo de infecciones ya que el dedo está en contacto permanente con agentes contaminantes.
La succión digital además puede ocasionar otros problemas importantes si se prolonga en el tiempo como:
– mal alineamiento de los dientes
-problemas fonéticos y de pronunciación
– problemas estructurales de la boca
– alteraciones de los propios dedos
– trastornos emocionales
Para ayudar a que el niño desista de este hábito primero debemos identificar por qué lo hace
– para conciliar el sueño, podemos intentar evitarlo con otro objeto que lo reconforte a la hora de dormir (peluche ó su juguete favorito)
– para calmarse en momentos de ansiedad o nervios. Los padres debemos buscar otras alternativas para calmarlo como un abrazo, una caricia y charlar con él para entender su nerviosismo
– como acto reflejo al aburrimiento. En este caso lo aconsejable es proporcionarle distracciones en las que tenga que utilizar sus manos
Si el niño ya tiene una edad en la que es capaz de entender lo que se le dice podemos acudir a un especialista que le explique los posibles problemas que este hábito puede acarrear y les anime a dejar está costumbre. En ocasiones esta información es suficiente para que dejen de chuparse el dedo.
Es necesario el apoyo de los padres, nunca debemos ridiculizar o castigar al niño cuando se chupe el dedo, tenemos que recurrir a técnicas de ayuda para modificar esa conducta como el refuerzo positivo es decir premiar al menor cuando lo haga bien, incluso unas bonitas palabras pueden resultar.
De todas maneras podemos ayudarnos con algunos trucos para evitar este hábito como:
– poner una venda o lana… envolviendo el pulgar
– mojarle el dedo en vinagre o zumo de limón
– untar la uña con esmalte amargo (nunca usar en menores de 30 meses)
– cubrir la mano con un guante
Esperamos poder haberos ayudado a aquellos que lo necesitéis conscientes de la dificultad de modificación de estos hábitos.
Equipo Lorente Ortodoncia