Para nuestra consulta la seguridad es muy importante, por ello, en Lorente Ortodoncia seguimos un proceso riguroso y protocolarizado a la hora de esterilizar el material que empleamos.
Tras su uso, cualquier material puede ser impregnado de sangre, por ello, tiene que pasar en primer lugar por un cepillado manual y posteriormente tiene que ser introducido en una cubeta de glutaraldehido, un desinfectante.
Tras el cepillado y el glutaraldehido, se sumerge el material en un ultrasonidos donde éste vibra durante unos minutos para que se desprenda cualquier residuo que pueda quedar.
Aquí no acaba el ciclo, tras el ultrasonidos, todo el material lo lavamos en una termodesinfectadora, que es como un lavavajillas con el agua mucho más caliente de lo normal. Una vez se saca de esta maquina, nos disponemos a embolsar el material de manera individualizada según los procesos para los que lo vayamos a utilizar.
Una vez embolsado, lo introducimos en el autoclave.
Nuestro autoclave es un Melag Cliniclave 45 de uso hospitalario introducido hace apenas unos meses en la consulta.
El Melag Cliniclave 45 ofrece una capacidad considerablemente mayor en comparación a otros grandes autoclaves.
Su rapidez en el funcionamiento, su alta capacidad de carga, y su elevada seguridad y fiabilidad en la esterilización, son los requisitos más importantes que hemos demandado a la nueva tecnología para mejorar la clínica introduciendo nuevos equipos.
Además, con Melag Cliniclave 45, colaboramos con la sostenibilidad y el buen uso de los recursos naturales en materia empresarial, ya que su consumo energético es bastante bajo.
Gracias a la tecnología patentada de la doble cámara de esterilización, el Cliniclave 45 se convierte en un componente decisivo en el área de preparación del instrumental.
Antes, para asegurarnos que los ciclos de esterilización son los correctos, el Colegio de Farmacéuticos nos realizaban controles periódicos para comprobar que la esterilización era correcta. Actualmente, en Lorente Ortodoncia, introducimos unas ampollas de esporas que una vez finalizado el ciclo se incuban. Hasta que no comprobamos tras la incubación que todas esas esporas están muertas u obsoletas, no se pone el material en el circuito de la clínica.
Como podéis ver, la esterilización es una realidad protocolorizada y estandarizada en nuestra consulta de la que nos sentimos muy orgullosos.
